Día de la Pachamama: ¿por qué se celebra cada 1 de agosto?

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Esta festividad sudamericana permite rendirle culto a la tierra. El Día de la Pachamama es una efeméride muy popular en los pueblos andinos, y en el Perú se celebra puntualmente en la ciudad del Cusco, donde es denominada como la Pachamama Raymi. Conozcamos detalles sobre sus orígenes, cuál es su significado, y por qué se extiende durante todo agosto.


Es la más popular de las creencias mitológicas de la región andina.


La palabra Pachamama procede de la lengua quechua. Está formado por dos palabras: “pacha” que significa mundo, tiempo, universo y lugar, y “mama” equivale a madre.



A la Pacha se la considera una deidad andina de la tierra, una figura que representa la energía femenina de amor, protección y fertilidad.

En pocas palabras, Pachamama es una diosa venerada por los pueblos de los Andes.


La Pachamama protege al ser humano y le permite vivir con sus aportes de agua, alimentos, etc. Por lo tanto, esta festividad andina tiene como propósito la retribución para mantener las cosechas en buen estado.


QUÉ ES EL DÍA DE LA PACHAMAMA Y PORQUÉ SE CELEBRA EN AGOSTO


El 1 de agosto es muy importante para la cultura andina porque se recuerda el Día de la Pachamama. Es un homenaje que los pobladores le rinden a la ‘Madre Tierra’ en agradecimiento por las buenas cosechas del año.


El Día de la Pachamama se celebra anualmente el 1 de agosto en comunidades quechua y aimara de los Andes de Argentina, Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador y Perú en honor a la divinidad andina.


La celebración de la Pachamama se realiza en agosto porque “es el momento en que la tierra descansa y se prepara para la siembra”.


Habitualmente, se realizan actividades durante todo el mes de agosto.


‘PAGO A LA TIERRA’


El popular ritual andino que se desarrolla en la fecha central del primero de agosto es el denominado “pago a la tierra”.


Esta tradición que proviene desde la época de los incas, consiste en que los pobladores cocinen en ollas los diversos tubérculos que proveen, añadan las bebidas típicas de la zona y semillas de huairuro. Todo ello se coloca en un pozo excavado bajo tierra. La cocción es una señal de respeto.


Seguidamente, un sacerdote andino comienza con el “pago a la tierra” sobre un manto multicolor. En las distintas comunidades donde se celebra este culto ancestral, las tradiciones pueden variar, aunque muchas se asemejan.


Las actividades que complementan la ceremonia durante todo el mes de agosto, están relacionadas al canto y al baile. Los participantes usan prendas típicas andinas muy coloridas, y los encargados de colocar las ofrendas llevan cordones atados al cuello, tobilleras y muñequeras doradas para simular la vestimenta de los incas.


El Comercio

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