Sorprende calma en la frontera en segundo día de cierre

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Llegadas las primeras 24 horas de cierre total, una sorprendente calma reina en la frontera.

En línea limítrofe entre Dajabón y Juana Méndez, al norte de República Dominicana, la puerta de acceso continua cerrada y permanemente vigilada por miembros del Ejército, que sólo permiten el paso a vehículos y personal militar.


Mientras, a cien metros, decenas de haitianos, con niños en brazos, bultos, maletas y enceres del hogar, esperan bajo un sol castigador, que se abra el portón que limita el paso a Haití.

El ambiente que impera en este minuto en esta parte de la frontera, no es diferente al que se ha mantenido durante estos once días de cierre parcial. Sin embargo, contrario a días normales, la presencia de haitianos en las calles de Dajabón es casi nula.

Muchos han optado por regresar a su país por cuenta propia, otros han sido repatriados por la Dirección General de Migración y los que todavía permanecen en el poblado, se mantienen resguardados por miedo represalias en su contra.

Mientras, que el cierre por los cuatro puntos fronterizos, ordenado por el presidente Luis Abinader, no ha amendretado a los haitianos, que continuan viento en popa con la construcción del canal para desviar el río Masacre hacia su territorio.

Aunque el desvío del río que comparten República Dominicana y Haití ha sido el punto de partida para el conflicto entre ambos países, no se ha manifestado la intención de detener del lado haitiano, el proyecto, que a la fecha no se le atribuye a nadie de manera directa.

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