Tres agentes de seguridad del presidente del Senado de Haití son secuestrados

Joseph Lambert, presidente del Senado de Haití dio a conocer este domingo que tres de sus agentes de seguridad fueron secuestrados, en medio de tensiones políticas entre el poder Ejecutivo y el Legislativo.

El hecho ocurrió el pasado sábado. Los guardaespaldas de Lambert fueron secuestrados por una banda armada, que ahora solicita un rescate de 5 millones de dólares, de acuerdo con detalles oficiales presentados ante la prensa acreditada en el país.

Lambert atribuyó el secuestro a la situación de "inseguridad general" que atraviesa Haití, sin vincularlo a posibles motivos políticos.

También afirmó que se mantiene el discurso que tiene previsto dar este lunes en la sede de la Cámara alta, que está inoperativa desde enero de 2020 porque caducó el mandato de 20 senadores -dos tercios del hemiciclo- sin que se hubieran celebrado elecciones para renovar el organismo.

En su presentación, Lambert defenderá que el mandato de los diez senadores que continúan en activo termina en enero de 2023, algo que está siendo puesto en tela de juicio por sectores políticos próximos al Ejecutivo.

Los senadores en activo, los únicos cargos electos que continúan en el poder en Haití, fueron elegidos en 2016 y asumieron el cargo por seis años a principios de 2017; no obstante, algunos sectores políticos defienden que el mandato de los senadores vence este lunes 10 de enero, basándose en una interpretación de la Constitución.

Polémica similar se vivió en la nación haitiana el pasado año en torno al período del mandato del presidente Jovenel Moïse, quien sería posteriormente asesinado el 7 de julio de 2021.

Desde entonces, la crisis institucional en Haití se ha agravado, con el ingrediente añadido de la ola de violencia más grave en las últimas décadas.

Las bandas armadas que operan en la zona metropolitana de Puerto Príncipe se financian con los secuestros, que en los últimos meses se producen a diario y de forma indiscriminada.

La inseguridad que vive el país es uno de los principales impedimentos para organizar las elecciones, necesarias para renovar el Legislativo y para elegir al sucesor de Moïse.