Solo 12 meses de prisión preventiva para asesinos de pastores

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Al momento

Este viernes finalmente se dio a conocer la medida 

tras ser suspendida en par de ocasiones. Foto: Al momento


Un año de prisión preventiva fue el castigo impuesto por el Tribunal de Atención Permanente de Villa Altagracia como medida de coerción en contra de los agentes policiales responsables de causarle la muerte a Joel Díaz y Elisa Muñoz, sentencia dictada ayer.

Luego de casi cuatro horas de audiencia la jueza Sugeldi Rosario Mena resaltó que las pruebas presentadas por el Ministerio Público son sólidas y comprometen la responsabilidad de los seis uniformados acusados por el acribillamiento de la pareja cristiana.

El caso fue declarado complejo y fueron enviados al Centro de Corrección y Rehabilitación El Pinalito de La Vega, los rasos Anthony Castro Pérez y Juan Samuel Ogando Solís, al cabo Ángel de los Santos y al sargento Domingo Perdomo Reyes.

Mientras, el teniente Victorino Reyes Navarro y el cabo Norquis Rodríguez Jiménez fueron enviados a la cárcel de Operaciones Especiales.

Por su parte, el abogado del exraso Castro Pérez, reveló que la decisión de la jueza no debió ser igual para todos los imputados, ya que no comparten el mismo vínculo en el proceso.

“Lamentamos que la ciudadanía, la presión mediática y el morbo genere la necesidad de emitir una decisión en las mismas condiciones a todos los imputados, cuando todos no tienen el mismo vínculo en el proceso”, dijo Yery Castro, abogado de uno de los imputados.

Después de la audiencia, Fátima Sánchez, fiscal titular de Villa Altagracia, afirmó que la investigación del caso apenas inicia y que no descarta otros sometidos.

“Justicia por Joel, justicia por Elisa, justicia para todos”, era la consigna que se escuchaba desde tempranas horas de ayer, reclamos de señoras, hombres y jóvenes pertenecientes a la iglesia en la que se congregaba Elisa y Joel, quienes se reunieron a las afueras del Palacio de Justicia de Villa Altagracia, donde entonaron cánticos cristianos agarrados de manos en una ronda, mientras esperaban deseosos de una decisión justa.

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