Católicos de todo el país reciben la Cuaresma con misa de Miércoles de Ceniza

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Lo Dice el Pueblo, Santo Domingo, RD.- Por motivo de celebrarse hoy el Miércoles de Ceniza, La Parroquia San Antonio de Padua, realiza una misa oficiada por el reverendo diácono Frank Luna y donde serán respetados los debidos protocolos de distanciamiento y uso correcto de mascarilla para evitar la propagación de la COVID-19.



El Miércoles de Ceniza es una celebración litúrgica móvil, ya que se efectúa en diferente fecha cada año, siempre relacionada con la también cambiante celebración de la Pascua. 


Puede acontecer entre el 4 de febrero y el 10 de marzo y al mismo lo precede el martes de Carnaval y es el primer día de Cuaresma, el período de seis semanas de penitencia antes de Pascua; además, se celebra cuarenta días antes del Domingo de Resurrección, el cual marca el final de la Semana Santa.


La ceniza, cuya imposición constituye el rito característico de esta celebración litúrgica, se obtiene de la incineración de los ramos bendecidos en el Domingo de Ramos del año litúrgico precedente y son bendecidas y colocadas sobre la cabeza de los fieles.


Este día, que para los católicos supone día de ayuno y abstinencia, al igual que el Viernes Santo, se realiza la imposición de la ceniza a los fieles que asisten a misa: como signo de la caducidad de la condición humana; de penitencial, y de conversión, que debe ser la nota dominante durante toda la Cuaresma.


La tradición señala que la celebración de este día puede iniciarse con una procesión penitencial desde el exterior de cada templo, desde una capilla vecina, o por lo menos una entrada procesional del sacerdote celebrante y los ministros sagrados, entretanto se escucha el cantar de las letanías de los santos.


Una vez llegados en el altar, omitiendo los ritos iniciales y el rito penitencial, el oficiante reza inmediatamente la oración colecta.6 y acto y seguido se proclaman las lecturas (Joel 2, 12-18; Salmo 50, 3-6.12-14.17; 2 Corintios 5,20 - 6,2) las que recuerdan el sentido de penitencia, conversión y arrepentimiento de los pecados. Por su parte, el evangelio, proclamado por el diácono o el sacerdote celebrante (S. Mateo 6, 1-6. 16-18), recuerda cómo debe ser la penitencia, la oración y el ayuno agradable a Dios.


Tras la homilía, se procede a la bendición de la ceniza con una breve oración pronunciada por el sacerdote, quien asperja las vasijas que contienen la ceniza, para luego dar paso a la imposición de la ceniza sobre los fieles, un ritual que consiste en dejar caer la ceniza en la cabeza, o bien traza una cruz de ceniza en la frente de quien la recibe, según dicta la norma.


Es costumbre, aunque no obligatoria, no lavar la ceniza; en cambio, se espera que esta desaparezca por sí misma.

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